Trujillo, es un lugar para visitar si estás con ganas de ir
a pasear por la plaza rodeada de una vibra familiar durante el día o disfrutar
de una gran vida nocturna; lo que sobresale de Trujillo, sin embargo, es la
gran cantidad de comercio que puedes encontrar sin que te lo esperes.
Si das un par de pasos por la Avenida España; notarás que lo
más resaltante de esta calle es que puedes estar tranquila caminando un par de
calles y, de repente, terminas de cruzar la pista, cuando el olor a cuero
penetra salvajemente tu nariz y los vendedores ambulantes te rodean cuál pirañitas en
callejón oscuro a media noche. Ellos van acercándose sin perder su alineación,
mientras muestran sus productos y tratan de guiar tus pasos hasta sus puestos.
Las casacas, las maletas, zapatos van nublado tu vista, mientras tu
solo tratas de guiar tus pasos hacia al frente. Pero tus pasos no son tus
pasos. NO, tus pasos parecen pasos de venado recién nacido, son pasos de
borracho, son pasos de alguien que se caerá en tres, dos,…
-Señorita, ¿está Ud. Bien? ¿No quiere llevar nada? Anímese.
Ya pasando los ambulantes, que en realidad tienen los
mejores precios, encontrarás galerías con un sinfín de productos de cuero. El
acabado es estupendo; los precios pueden que no tanto. Lo bueno, si es que
tienes dinero exacto, es que en todas las tiendas tienen productos similares y
puedes hallar una tienda con el mismo producto a un precio que se ajuste a tu
bolsillo.
Pero Trujillo no es solo comercio… Si lo que buscas es un
rico almuerzo en la ciudad, hay muchos restaurantes en los alrededores de la
Plaza Principal donde podrás encontrarlo. Ello sumado a un ambiente tranquilo,
familiar y con sabores danzando en tu paladar.
Fuera de Trujillo, está la playa de Huanchaco. Si tienes la
oportunidad, deberías darte una vuelta por Huanchaco para disfrutar de una
playa hermosa, acompañado de un tiradito de tres sabores. Un suculento plato
que te hará querer volver por lo bien preparado, la frescura y el sabor de su
plato.
Como ya lo mencioné, la playa es bella. En mi opinión, sin
embargo, Huanchaco resalta por su balneario: por el aire que acaricia tu rostro
al caminar; por el sonido de las olas que parecen saludarte desde allí; por las
personas que evocan un tiempo donde
todo era paz, donde no necesitabas de mucho y, las familias conversaban y se
vinculaban como eso…como familia.
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